Ashley Vargas, primera de su promoción y Espada de Oro: la historia de la piloto que murió en su última misión antes de graduarse

Fue una estudiante sobresaliente, reconocida por la presidenta Dina Boluarte en 2022. Durante su último vuelo de instrucción en Pisco, la aeronave que pilotaba se precipitó al mar. Su cuerpo fue hallado después de 16 días de intensa búsqueda

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Después de 16 días de
Después de 16 días de búsqueda, su cuerpo fue encontrado en el lecho marino, aún sujeto a su asiento eyectable

Ashley Vargas tenía 24 años, una marcada inclinación académica y una carrera militar con gran proyección. Ocupó el primer lugar en la Escuela de Formación de Pilotos de la Fuerza Aérea del Perú (FAP) N.º 51 y recibió en 2022 la Espada de Oro de manos de la presidenta Dina Boluarte, el más alto reconocimiento otorgado a un cadete.

El último 20 de mayo, durante un vuelo a bordo de una aeronave KT-1P, perdió contacto con la base aérea de Pisco (Ica). Se encontraba en la última fase del programa de instrucción básica, el paso final antes de recibir la calificación como piloto militar.

A partir de ese momento, se activó una operación de búsqueda y rescate que se extendió durante 16 días. El desenlace fue trágico: su cuerpo fue localizado este jueves al fondo del océano, aún sujeta a su asiento eyectable, según confirmó la institución.

El hallazgo se logró gracias a la labor coordinada de diversas unidades especializadas, como buques hidrográficos, patrulleras marítimas, buzos del grupo de salvamento de la Marina de Guerra, y tecnología de rastreo submarino que permitió el barrido del fondo marino.

Abogado comunicó a la familia sobre el hallazgo del cuerpo de Ashley Vargas | RPP TV

El plan de vuelo de la alférez contemplaba el despegue desde la base, el paso por la isla Zárate, la Laguna Grande y el punto de referencia “Cerro Virgen”, seguido del ingreso al polígono de entrenamiento para ejecutar un simulacro de ataque y finalizar con el aterrizaje. Era su cuarto vuelo en solitario.

Seis minutos después del despegue, Vargas se comunicó con la torre de control de la Corporación Peruana de Aeropuertos y Aviación Comercial S.A. (Corpac) para reportar su posición rumbo a su tercer destino. No informó de fallas ni situaciones anómalas. Dos minutos más tarde, se perdió todo contacto.

Anthony Vásquez, su tío, reveló que su celular permaneció encendido hasta las 3:00 a.m. del 21 de mayo, lo que sugiere que continuó operativo tras el impacto. El comandante general de la FAP, Carlos Chávez, agregó que la piloto portaba un geolocalizador personal en el uniforme, aunque este no llegó a activarse.

Chávez también aseguró que la aeronave se encontraba en condiciones óptimas, aunque el abogado José Ocampo, representante de la familia, denunció posibles fallas en el sistema de eyección y deficiencias en los mecanismos de localización del KT-1P.

Dos testigos observaron que la aeronave expulsaba humo negro. Al intentar aproximarse, escucharon un fuerte estruendo en el mar y observaron una columna de humo elevarse desde el agua. Por esa razón, la defensa evalúa presentar una denuncia penal contra la FAP por el presunto delito de homicidio simple.

La Fuerza Aérea del Perú
La Fuerza Aérea del Perú reconoció su liderazgo y dedicación, y manifestó su compromiso con la investigación

“Ashley no era solo una piloto en formación. Era un miembro vital de nuestra familia institucional. Con vocación firme y un profundo amor por el Perú, eligió servir desde el cielo. Su partida enluta a toda la Fuerza Aérea”, señaló la institución en un comunicado oficial.

“Su liderazgo, profesionalismo y calidad humana permanecerán siempre en nuestra memoria. Extendemos nuestro más profundo agradecimiento a todas las instituciones que se sumaron con honor, rigor y entrega a esta compleja operación”, agregó.

La FAP señaló que el hallazgo de la oficial cierra un capítulo de dolorosa incertidumbre, pero abre otro de “reflexión, aprendizaje y acompañamiento” a los deudos. Asimismo, reiteró su compromiso de colaborar con las investigaciones en curso, pese a que Ocampo ha reiterado que hay opacidad en las diligencias.

“La comunicación con la familia, lamentablemente, siempre fue cero. Lo que les preocupó fue callar al padre. Lo internaron en la villa y le dijeron que no tenía que dar declaraciones. Cuando recién empezamos a dar comunicaciones, (la relación) se resquebrajó de tal manera que mi primo tuvo que salir para tener libertad de acción”, dijo.