“El accidente de Ashley Vargas es un hecho”: FAP rompe el silencio y revela cómo perdió el rastro de la piloto en Pisco

La Fuerza Aérea del Perú (FAP) brindó este martes su primera conferencia de prensa tras la desaparición de la alférez Ashley Vargas, ocurrida el 20 de mayo durante un vuelo de instrucción en Pisco. El general José Antonio Martinelli, comandante de Operaciones, confirmó la caída del avión KT-1P y aseguró que “las esperanzas no se pierden” en la búsqueda.

“El accidente es, definitivamente, un hecho por las partes que se han encontrado; sin embargo, nosotros venimos trabajando arduamente desde el primer momento en que la nave fue declarada como perdida”, declaró.

El oficial destacó que Vargas realizaba su último vuelo de la etapa básica, con una navegación corta de 13 minutos, debido a la programación de otros cadetes. Además, indicó que las condiciones meteorológicas eran óptimas ese día.

“La misión que cumplía la alférez era una misión de entrenamiento y era el último vuelo de la etapa de entrenamiento básico. Los pilotos realizan nivel básico, medio y avanzado, donde hacen su especialidad. (...) Estamos dando todo en la búsqueda”, agregó.

Detalló que el último registro de señal satelital del avión provino del sistema SkyRouter, una herramienta que opera con GPS. “Este punto rojo es el posible punto en el cual desaparece la señal satelital que tiene el sistema del avión”, dijo. También precisó que, según el gráfico presentado durante la conferencia, la aeronave se encontraba sobre el mar al momento de la pérdida de contacto.

En la operación participan más de 191 personas, incluido efectivos de la institución, el Ejército y la Marina de Guerra. Se han movilizado brigadas especializadas, aeronaves, buzos, una lancha, un buque submarino y otra embarcación con tecnología de alta precisión utilizada en misiones en el sur del país.

“Tenemos más de 140 horas de vuelo desplegadas y ejecutadas en la búsqueda”, detalló el comandante y sostuvo que, según la experiencia de los expertos, las corrientes marinas podrían haber desplazado los restos de la aeronave.

“La corriente sí puede mover un avión como el KT-1, que es un avión ligero, de 2.5 toneladas. Lo podría estar moviendo. Por eso hemos avanzado la zona de búsqueda sin dejar de buscar en el punto de desaparición (...) El personal sabe que la esperanza es lo último que se pierde”, apuntó.

La familia de Ashley Vargas ha denunciado falta de avances y aparente desinterés de la FAP en la búsqueda. A través de su abogado, José Ocampo, expresaron en la víspera que la operación se ha debilitado, la comunicación es escasa y la institución ha reducido su presencia en la zona, mientras solo voluntarios civiles y bomberos continúan buscando.

Además, solicitaron ayuda internacional para contar con tecnología y recursos que permitan hallar la aeronave. Ocampo también denunció posibles fallas en el sistema de eyección y deficiencias en los mecanismos de localización del KT-1P, lo que habría dificultado la operación de rescate.

“Ya han pasado seis días y no tenemos respuestas, seis días que evidencian las carencias de nuestra ‘gloriosa’ Fuerza Aérea, donde la vida parece no importar, y donde se ha hablado más del avión que de la misma piloto”, anotaron en un pronunciamiento posterior.

“Aquí existen responsables, y aunque hoy se señala a la Fuerza Aérea en su conjunto, dentro de la institución hay más responsables que deberán responder por lo que está ocurriendo”, continúa.

La semana pasada, durante una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, el premier Eduardo Arana calificó la desaparición como una “lamentable noticia” y expresó su confianza en que se pueda “encontrar nuestros materiales favorables”, sin mencionar de manera directa a la piloto, primer puesto durante toda su formación en la Escuela de Oficiales y Espada de Honor reconocida por la presidenta Dina Boluarte en 2022.