Toque de atención de la CNMV a Instagram, TikTok, YouTube y X por su “limitada” actuación contra fraudes de criptomonedas

La aparición y el auge de las criptomonedas también ha traído una oleada de estafas y fraudes que ponen en peligro no solo a los inversores experimentados, sino especialmente a los usuarios más jóvenes. Por eso, la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha llamado la atención a las principales redes sociales por su escasa cooperación en la lucha contra estos delitos.

Durante una comparecencia en la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso de los Diputados, el presidente de la CNMV, Carlos San Basilio, ha expuesto la preocupación del supervisor financiero ante la proliferación de prácticas fraudulentas en torno a los criptoactivos.

San Basilio ha lamentado que plataformas como Instagram, TikTok, YouTube y X no estén colaborando de forma eficaz en el control y prevención de estos contenidos engañosos, siendo “muy limitada” su actuación. Frente a ellas, destacó el comportamiento mucho más proactivo por parte de Google, que sí mantiene una comunicación más fluida y, a su juicio, muestra mayor interés en la protección del usuario.

El responsable del organismo subrayó que el marco legal desarrollado a nivel europeo para los criptoactivos, la regulación MiCA, es todavía muy reciente y no proporciona los instrumentos necesarios para proteger a los inversores, en especial a los minoristas: “Deja, en gran medida, desprotegidos a los inversores”, ha recalcado.

Tampoco ha ocultado su preocupación por el hecho de que cada vez son más los usuarios jóvenes quienes depositan su confianza en estos productos, a menudo atraídos por promesas de rentabilidad rápida que terminan desembocando en pérdidas o estafas. Además, ha considerado insuficiente que buena parte de la protección se deje en manos de recomendaciones, en vez de contar con controles efectivos y permanentes.

Por su parte, la CNMV trabaja en varios frentes para tratar de atajar este problema. Una de las principales líneas de actuación pasa por vigilar de cerca a los influencers que promocionan productos relacionados con las criptomonedas en redes sociales.

San Basilio ha recordado que, hace dos años, la CNMV llevó a cabo una revisión sobre las prácticas de estas figuras influyentes, formularon recomendaciones para adaptarse a la normativa vigente y, en la medida de lo posible, advertir a los seguidores sobre los riesgos asociados a este tipo de inversiones.

En este punto, el supervisor tiene previsto retomar durante la segunda mitad del año esta fiscalización. El objetivo es comprobar si los finfluencers, los influencers que crean contenido sobre temática financiera, han incorporado las recomendaciones a sus contenidos. De no ser así, la CNMV estudia la posibilidad de iniciar procedimientos sancionadores cuando se detecten infracciones graves o una falta de adaptación a las exigencias regulatorias.

Otra cuestión clave de la estrategia tiene que ver con la colaboración que las propias redes sociales pueden ofrecer para evitar la difusión de estos fraudes. A su juicio, San Basilio cree que lo ideal sería que estas redes establecieran controles que impidieran la publicación de mensajes de entidades bajo sospecha o aquellos que no se ajustan a las normas. De no ser así, ha pedido al menos que se apliquen mecanismos de supervisión a posteriori, capaces de identificar y eliminar la promoción de estafas.

Pero, pese a las reiteradas peticiones desde la CNMV, San Basilio ha señalado que la colaboración de la mayoría de plataformas sigue siendo muy limitada. El presidente del supervisor ha detallado que la interlocución con empresas tecnológicas como Meta (matriz de Instagram), ByteDance (propietaria de TikTok), Google (responsable además de YouTube) y X no ha dado los frutos esperados.

Salvo en el caso de Google, considerada como la excepción por su actitud receptiva, el resto apenas han implementado medidas concretas para filtrar contenidos potencialmente dañinos o llevar a cabo una vigilancia eficaz.

También se ha hecho hincapié en la necesidad de que la prevención y la transparencia sean los ejes prioritarios en la interacción entre instituciones reguladoras y plataformas tecnológicas. San Basilio recalcó que la falta de procedimientos claros y rápidos ante la aparición de contenidos fraudulentos favorece el crecimiento y la sofisticación de las trampas.