Durante la boda de la princesa Eugenia de York y Jack Brooksbank, celebrada en la Capilla de San Jorge en Windsor en octubre de 2018, el detalle de un asiento vacío en una ubicación destacada acaparó la atención de los presentes y de los medios de comunicación. La silla, situada justo enfrente de la reina Isabel II y cercana al príncipe Andrew, padre de la novia, generó especulaciones sobre su propósito.
Algunos asistentes pensaron que se trataba de un tributo a algún miembro ausente de la familia real o que era señal de una ausencia inesperada de último minuto.
La explicación, sin embargo, es mucho más racional y práctica. De acuerdo con la información publicada por The Mirror, el asiento había sido dejado libre de manera intencional para permitir que la reina Isabel II tuviera una visión despejada hacia el altar durante la ceremonia. La costumbre indica que siempre se debe dejar un lugar vacío frente a la monarca en eventos oficiales, para que pueda observar el desarrollo del acto sin obstrucciones.
Según la misma fuente, el lugar libre corresponde además a un asiento que la reina no encontraba cómodo, lo que la llevaba a elegir la fila posterior como punto de observación.
Este detalle, lejos de ser una señal simbólica o de homenaje, responde estrictamente al protocolo real. La decisión evidencia la importancia de cuidar hasta el más mínimo aspecto en la organización de los eventos de la casa real británica, combinando tradición y funcionalidad para asegurar el mejor desarrollo de los actos oficiales.
Referencias a bodas reales previas y comparación del acomodo de asientos

La práctica de dejar un asiento vacío para garantizar la visión de la reina no es exclusiva de la boda de la princesa Eugenia. Una situación similar se presentó durante el enlace matrimonial del príncipe Harry y Meghan Markle en mayo de 2018, que también tuvo lugar en la Capilla de San Jorge.
En aquella ocasión, algunos rumores sugirieron que el asiento vacío era un homenaje a la fallecida madre del príncipe, Diana. No obstante, como informó el medio People, el protocolo fue el motivo real, asegurando que la reina pudiera ver el altar desde la segunda fila, no siendo necesario asociar el hecho a un símbolo de recuerdo.
El protocolo varía dependiendo de la posición de la reina durante los eventos. Por ejemplo, en la boda del príncipe William y Kate Middleton, realizada en 2011, la reina Isabel II tomó asiento en la primera fila, y por lo tanto, no fue necesario dejar un lugar vacío por delante, ya que nada obstruía su vista hacia el centro de la ceremonia. Esta diferencia refleja cómo el protocolo se adapta dependiendo de las circunstancias y del espacio en el que se desarrolla el acto.
Estas dinámicas, replicadas en distintos eventos reales, muestran la coherencia y continuidad de una serie de normas no escritas que rigen los eventos familiares de la realeza británica, y que a menudo se interpretan de forma errónea fuera del círculo real.
Historia y relación de la princesa Eugenia y Jack Brooksbank
La relación entre la princesa Eugenia y Jack Brooksbank comenzó en 2010, durante unas vacaciones de esquí en Verbier, Suiza. Según explicó ella, el encuentro lo calificó como un “amor a primera vista”. Desde ese momento, la pareja inició una historia sentimental que se consolidó a través de los años.
Tras ocho años de noviazgo, la pareja anunció su compromiso en enero de 2018, decisión que fue bien recibida tanto por la familia real como por el público. El compromiso fue el paso previo a la boda real que se celebró en octubre del mismo año, convirtiéndose en uno de los eventos más destacados en el calendario de la casa real británica.

A lo largo de la relación, tanto Eugenia como Jack mostraron una gran sintonía y complicidad, atributos que la princesa ha destacado públicamente en diversas ocasiones. Este vínculo fue celebrado tanto en la ceremonia como en homenajes posteriores, entre los que destaca la publicación en Instagram de la princesa en su primer aniversario de casada, donde recordó su boda como “el mejor día de mi vida… por siempre y para siempre”.
Vida familiar y acontecimientos recientes de Eugenie y Jack
Desde su matrimonio, la vida familiar de Eugenia y Jack ha estado marcada por la llegada de sus hijos y la consolidación de su hogar. En febrero de 2021, la pareja dio la bienvenida a su primer hijo, August. Más adelante, en mayo de 2023, la pareja celebró el nacimiento de su segundo hijo, Ernest. Ambos acontecimientos han sido ampliamente compartidos por la princesa a través de redes sociales, mostrando la alegría y el crecimiento de la familia.
En fechas recientes, Eugenia utilizó Instagram para conmemorar el cumpleaños número 39 de Jack. En su mensaje, lo describió cariñosamente como su “héroe”, y expresó su felicidad por la evolución de la familia durante los 14 años de relación que han compartido. También remarcó el valor que tiene como padre, escribiendo que cada año que pasa la experiencia de celebrar su cumpleaños “mejora, mientras la familia crece”.
De esta forma, la vida de Eugenia y Jack continúa transitando por capítulos públicos y privados, alternando sus funciones institucionales con una vida familiar que ambos comparten abiertamente.
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